20080227

_La excursión a la montaña _



Yo no sé -exclamé sin voz-, realmente no sé. Si no viene nadie, nadie viene. No hice mal a nadie; nadie me hizo mal, y, sin embargo, nadie quiere ayudarme. Absolutamente nadie. Y, sin embargo, no es así. Simplemente, nadie me ayuda; si no, absolutamente nadie me gustaría. Me gustaría mucho -¿por que no?- hacer una excursión con un grupo de absolutamente nadie. Naturalmente, a la montaña; ¿adónde si no? ¡Cómo se apiñan esos brazos extendidos y entrelazados, todos esos pies con sus innúmeros pasitos! Por supuesto, todos están vestidos de etiqueta. Vamos tan contentos; el viento se cuela por los intersticios del grupo y de nuestros cuerpos. En la montaña nuestras gargantas se sienten libres. Es asombroso que no cantemos.



Franz Kafka